Sócrates
Es tan importante en el campo, que los filósofos anteriores a él son llamados “presocráticos”
Por Sabrina Mirchak
Nacido en Atenas, el famoso filósofo griego vivió (aproximadamente) entre el 470 a.C y el 399 a.C. Fue hijo de una comadrona Faenarete y de un escultor, Sofronisco. Desde muy joven, llamó la atención de los que lo rodeaban por la agudeza de sus razonamientos y su facilidad de palabra.
Sirvió como soldado de infantería en las batallas de Samos, Potidea, Delio y Anfípolis. También fue maestro, militar y político. Y se casó con Xantipa, con quien tuvo 3 hijos. Fue obediente con las leyes de Atenas, pero evitaba la política. Creía que podría servir mejor a su país dedicándose a la filosofía.
Se dice que era de pequeña estatura, vientre prominente, ojos saltones y nariz exageradamente respingona.
EL
MÉTODO
SOCRÁTICO
La esencia de su sistema de enseñanza era la Mayéutica, una actividad que consistía en llevar a un interlocutor a alumbrar la verdad, descubrirla por sí mismo, por medio de un diálogo en el que el filósofo proponía una serie de preguntas y oponía reparos a las respuestas recibidas, de modo que al final fuera posible conocer si las opiniones iniciales de su interlocutor eran un engaño o un verdadero conocimiento.
"Es el más sabio el que, de entre vosotros, hombres, conoce (...) que la sabiduría del hombre es nada."
Sócrates
"Es el más sabio el que, de entre vosotros, hombres, conoce (...) que la sabiduría del hombre es nada."
Sócrates
TEORÍAS
SOBRE SU
EXISTENCIA
La filosofía es definida como el “conjunto de reflexiones sobre la esencia, las propiedades, las causas y los efectos de las cosas naturales, especialmente sobre el hombre y el universo”. Ya que esta ciencia consiste en cuestionar todo cuanto pueda ser cuestionado, no es de extrañar que se formule incógnitas sobre sí misma.
Cuando se habla de Sócrates, es inevitable relacionarlo con la figura de Platón. Tan inseparables son estas figuras que éste podría ser otro de los aportes que aquél hizo a la historia y no ciertamente el menor. La idea del hombre filósofo que, callada o no, operó y opera en la historia de la filosofía fue acuñada por Platón, y se llamó Sócrates.
Pero, es aquí donde, por diferentes causas, las incógnitas sobre aquél hombre comienzan a surgir:
¿Quién fue Sócrates? ¿Un filósofo que, no conforme con haber sido el maestro de Platón, se encargó de preanunciar casi todos los temas de la filosofía? ¿O acaso un personaje inventado por la fantasía de su discípulo, un mero charlista ingenioso ascendido a genio por una atribución, al fin y al cabo, literaria?
Nadie duda de la talla intelectual de Platón, pero es posible exaltar o minimizar la de Sócrates. Él y sólo él es quien puede resultar pulverizado según el vaivén de las interpretaciones. No se plantea aquí la conocida situación del alumno que iguala y quizás supera al maestro, sino otra más paradojal: la del discípulo que se inventa un maestro y con esa invención crea un hombre absolutamente real y ya no un mero personaje. Y el campo de la invención no es la literatura, sino la historia.